miércoles, abril 17, 2024

La triste historia de los últimos osos bailarines

noticias relacionadas

Hay libros que te llenan de una profunda y extraña melancolía mientras te conducen por recovecos inesperados y extravagantes de la historia.

En Los osos que bailan (Capitán Swing, 2019), el periodista y escritor polaco Witold Szablowski (Ostrów Mazowiecka, 1980) nos lleva a seguir con él, hasta Bulgaria, el rastro de los últimos de esos animales amaestrados para trabajar como atracciones de feria.

Es un mundo extravagante, a menudo mísero y cruel pero que transpira una rara magia, la de lo exótico, desmesurado y perdido. De la mano del autor conoceremos la historia de la osa Valentina,Vela para los amigos, que bailaba al son de la gadulka,el violín tradicional, comía caramelos y se dejaba caer gimiendo, como si le hubiesen entrado en falta, al pedirle que imitara a Hristo Stoichcov.

Aprenderemos cómo se adiestraba a esos grandes seres hirsutos —con dolor pero también con malentendido amor, y siempre con riesgo: “Un oso no sabe lo que es la gratitud”, sentencia un amaestrador— y descubriremos que existió incluso una academia oficial para osos, en Smorgon, entonces Polonia y hoy Bielorrusia, fundada por un príncipe Radziwill.

La secular tradición de los osos bailarines prácticamente ha desaparecido, pero Szablowski ha encontrado aún en varios rincones de la Europa del Este —y los ha entrevistado— a varios adiestradores y propietarios de esos plantígrados convertidos a su pesar en artistas.

En su inmensa mayoría los dueños y domadores son de etnia gitana, romaníes, y han convivido largamente con sus osos, enseñándoles trucos, compartiendo su casa y su comida —y también su miseria, recalca el escritor—, y viajando con ellos.

Ahora, se les fuerza a desprenderse de los animales y se traslada a estos, muchas veces pobres bestias viejas y desdentadas, adictas a los dulces y al alcohol, a reservas para que retomen su naturaleza salvaje y traten de ser libres.

Szablowski, ganador del premio Kapuscinski, establece en su libro, subtitulado Historias reales de gente que añora vivir bajo la tiranía, un sorprendente paralelismo entre la dificultad de esos osos para separarse de sus amos y adaptarse a una nueva situación y la de los ciudadanos de los países del Este en el postcomunismo, que también han de aprender, destaca, a usar la nueva libertad, y a veces, incapaces de asumirla, reniegan de ella.

Fuente EL PAÍS

te puede interesar

Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Publicidadspot_img

lo más leído