La agónica clasificación para la Eurocopa con el gol de Rodrigo Moreno en el descuento provocó un estallido descontrolado de júbilo en el banquillo español que se prolongó cuando el colegiado francés Clement Turpin dio por concluido el encuentro.
Robert Moreno cerró el puño y fue abrazado por sus colaboradores. Para el seleccionador español, ese gol supuso una liberación. Tras la primera oleada de críticas por el empate y el juego desplegado ante Noruega, una derrota en Estocolmo hubiera desatado su primera gran crisis como máximo responsable de la selección.
A su móvil le llegaron mensajes procedentes de su entorno que debieron recoger comentarios en determinados medios que cuestionaban su figura. Por primera vez, Moreno mandó mensajes contra aquellos que le cuestionan.
Hasta ahora sus comparecencias habían sido de discursos aterciopelados y futboleros. Con la clasificación en el bolsillo, el técnico se sintió fuerte para marcar territorio.
Con el rictus serio e intercalando frases con silencios, espetó: “Debe de ser triste que haya gente que quiera que me vaya mal, porque eso sería tanto como querer que le vaya mal a la selección. Espero que nos apoyen todos, porque ahora el seleccionador soy yo”. “Entiendo que haya dudas sobre mí, lo raro es que no las hubiera. Estamos muy contentos por la clasificación, y también porque la gente que pudiera tener dudas pues con los pasos que estamos dando hemos logrado la clasificación”, añadió el seleccionador.
Fuente EL PAÍS
