Con carteles y cruces con fotos de las víctimas del tiroteo en una escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, decenas de manifestantes se dieron cita en Houston para protestar frente al reciento en donde se celebra la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle.
Entre gritos de “NRA, vete” y “Qué vergüenza, podrían ser tus hijos hoy”, adultos y niños exigieron una acción pronta para lograr un control de armas en el país.
“¿Seré yo el siguiente?”, se leía en algunos carteles.
Uvalde está a unos 450 km al oeste de Houston.
El expresidente republicano Donald Trump y el senador estadounidense Ted Cruz, republicano de Texas, tienen previsto pronunciar discursos el viernes por la tarde. Otros dos oradores republicanos, el gobernador de Texas Greg Abbott y el vicegobernador Dan Patrick, se retiraron de los comentarios en persona.
Más de 90 minutos antes de que hablaran Trump, Cruz y la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, la gente esperaba en fila para pasar por los detectores de metales y entrar al auditorio.
Abbott planea entregar una videro pregrabado y viajará a Uvalde más tarde ese día. Patrick dijo que se retiró para no “traer ningún dolor o pena adicional a las familias y todo el sufrimiento en Uvalde”.
En el piso de exhibición del centro de convenciones, los asistentes podían manejar rifles, pistolas, rifles de caza y de asalto en docenas de puestos, y explorar las exhibiciones de municiones de Sierra Bullets y otras empresas.
Tim Hickey, un veterano de la Infantería de Marina que asistió al evento, desestimó las protestas. “Estas personas son títeres y ovejas para los medios. No están cambiando la mente de nadie”, dijo.
Afuera, la manifestante Melinda Hamilton, de 60 años, fundadora de Mothers of Murdered Angels, con sede en Fort Worth, Texas, y quien perdió a su hija y a su nieto por la violencia armada, realizó una vigilia en un parque al otro lado de la calle de la convención.
“Tienen que cambiar las leyes y nosotros tenemos que luchar para cambiar estas leyes. No tiene ningún sentido que un joven de 18 años pueda comprar un arma”, dijo, refiriéndose a las edades de los tiradores de los supermercados de Uvalde y Buffalo, Nueva York.
El activista de Houston, Johnny Mata, pidió a la NRA que detuviera la convención y realizara un servicio conmemorativo para las víctimas.
“Tienen la audacia de no cancelar con respecto a estas familias”, dijo Mata, quien representó al grupo de defensa Greater Houston Coalition for Justice. La NRA debería “dejar de ser parte del asesinato de niños en las escuelas estadounidenses”.
La decisión de la NRA de proceder con su reunión anual más grande es parte de una estrategia de décadas de hacer frente a la presión por el control de armas que data del tiroteo de 1999 en la escuela secundaria Columbine en Colorado.
Con información de: Aristegui noticias.
