Una contundente mayoría de las y los diputados locales de Veracruz aprobamos la semana pasada una histórica propuesta de nuevas magistradas y magistrados al Tribunal Superior de Justicia del Estado con una clara mayoría de mujeres. De las 13 designaciones, nueve fueron de mujeres y cuatro de hombres.
La llegada al Poder Judicial de las y los nuevos magistrados es muy importante por varias razones:
Porque, según lo marca la Constitución local, los nuevos integrantes del Poder Judicial durarán en su encargo 10 años, con opción a ser ratificados por cinco años más.
Significa que su influencia en las decisiones del más alto tribunal veracruzano estará presente –mínimo- en la década por venir y contribuirán a orientar el rumbo de los criterios con los que se nos impartirá justicia al pueblo de Veracruz. Así, la decisión que tomamos 37 diputadas y diputados tendrá una repercusión duradera en la vida de las y los veracruzanos de ahora y por venir.
También, en simple aritmética, 13 es más de la tercera parte de los 33 integrantes del Tribunal Superior de Justicia. Esto implica una de las mayores renovaciones del Tribunal en los últimos años. Los recién nombrados constituyen una oleada de mirada fresca y de renovada actitud para el Poder Judicial.
Como ya dije, es importante por la sólida presencia femenina en la plantilla recién nombrada: el arribo de las nuevas magistradas ayudará a disminuir la brecha de género en el Poder Judicial. Lo he señalado antes: la construcción de la paridad de género en los Poderes públicos –el Legislativo ya la alcanzó- es una tarea inacabada en la que debemos seguir avanzando. Ojalá que en los próximos años nos toque atestiguar un Tribunal Superior de Justicia con al menos 32 magistradas.
Concluyo con una observación que no es menor: los 37 votos de confianza no son cheques en blanco. Las y los nuevos magistrados estarán bajo el escrutinio de la sociedad y de quienes votamos por ellas y ellos.
Su llegada al Tribunal coincide con una exigencia ciudadana de un Poder Judicial que funcione con eficacia, transparencia y con deslindes nítidos de prácticas de corrupción, frivolidad y excesos. Seguramente no habrá que esperar mucho para conocer sus sentencias y calibrar su compromiso con la justicia que es, a final de cuentas, un compromiso con el pueblo.