En una noche marcada por la violencia y la tragedia, los habitantes del municipio de Zacatelco, en el estado de Tlaxcala, se vieron envueltos en un trágico suceso que dejó como saldo la muerte de un policía estatal. Los hechos ocurrieron el pasado 8 de abril, cuando un grupo de vecinos dio alcance a tres presuntos asaltantes, quienes minutos antes habían arrebatado la vida de un taxista de la tercera edad en el barrio de Xitototla.
Los lugareños, decididos a impartir justicia por su propia mano, llevaron a los supuestos delincuentes a una plazuela con la intención de lincharlos, convocando a otros habitantes mediante el repicar de las campanas de la iglesia. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando elementos policiales intervinieron para evitar que continuara la golpiza contra los acusados.
En medio del caos y la confusión, uno de los policías estatales, identificado como Rubén Bernabé Rocha, fue retenido y brutalmente golpeado por los vecinos. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por rescatarlo, el agente fue llevado a un hospital, donde minutos después perdió la vida a causa de las lesiones sufridas.
Ante estos disturbios, el Consejo Estatal de Seguridad tomó la determinación de asumir el control de la seguridad en Zacatelco. Como parte de esta medida, se ordenó establecer bases operativas mixtas y patrullajes en la localidad, contando con la participación de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Guardia Nacional, Ejército, Marina y Policía de Investigación de la Procuraduría de Justicia de Tlaxcala.
Este trágico suceso pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera urgente y eficaz la problemática de la justicia por propia mano y la violencia comunitaria en el estado, así como reforzar las medidas de seguridad para garantizar la integridad de los ciudadanos y de quienes velan por su protección.
Fuente: Proceso
