Un poco más de 24 horas después del asesinato a cuchillo de tres niñas y el intento de homicidio de al menos otras cinco y de dos adultos, en Southport, un festivo y marítimo pueblo en el norte de Inglaterra, empezó a correr una ola de violencia y disturbios sin precedentes recientes.
Esta situación marca la primera crisis que enfrenta el recién llegado primer ministro británico, el laborista Keir Starmer. Más de 20 ciudades y poblaciones han visto batallas campales, saqueos y enfrentamientos con la policía. La respuesta del gobierno ha sido altamente criticada por ser poco efectiva y tardía.
Las imágenes de disturbios y saqueos masivos han recordado los cinco trágicos días de agosto de 2011, cuando multitudes enardecidas tomaron las calles tras la muerte de Mark Duggan en Londres. Sin embargo, el nivel de violencia actual, según The Times, no se veía desde 1970, replicándose en más de 20 ciudades.
El detonante
El asesinato de las niñas fue el detonante de la crisis. Los disturbios se han tornado tan violentos que rápidamente desplazaron de la actualidad informativa la tragedia de las familias de las niñas, el estado de salud de los sobrevivientes y la conmoción en la zona. Pocas horas después de la masacre, las redes sociales especulaban sobre la identidad del asesino, inicialmente protegida por la Justicia por ser menor de edad. Finalmente, se reveló que el presunto autor es Axel Muganwa Rubakubana, de 17 años, nacido en Gales, de padres originarios de Ruanda.
Los disturbios, al parecer organizados online, tienen como columna vertebral plataformas como X, Telegram o TikTok, donde se promueve la hostilidad contra la inmigración, sin diferenciar entre la legal e ilegal. Durante su primera visita a Southport, el primer ministro Starmer fue cuestionado con dureza sobre la falta de medidas del gobierno.
El contexto
Antes del referendo del Brexit en 2016, las cifras de inmigración ya eran altas. Los promotores del Brexit prometían que se acabaría la libre circulación de ciudadanos europeos y, como consecuencia, bajaría la inmigración. Sin embargo, cuatro años después del Brexit, las entradas, legales o irregulares, siguen creciendo.
El activista de extrema derecha, Tommy Robinson, ha incitado los disturbios actuales, promoviendo la idea de una “policía de dos niveles”, donde los británicos blancos son vigilados con mayor dureza que las minorías étnicas.
El efecto de la desinformación
La confusión y la división reinan en esta crisis. Al rumor inicial del origen del asesino en Southport le han seguido imágenes alarmantes en Birmingham, donde la comunidad musulmana salió a las calles para “protegerse ante posibles ataques”. La ola de disturbios ha incluido ataques contra negocios y acoso a periodistas.
El primer ministro Keir Starmer ha advertido que los delitos online serán tratados como delitos fuera de las redes. No obstante, la efectividad de sus medidas ha sido nula hasta ahora, con las calles volviendo a arder horas después de sus advertencias.
Fuente: Excélsior
