Jenisse Heredia cortaba el pasado sábado el pelo de un cliente en su peluquería de lago Ronkonkoma, en el Estado de Nueva York, cuando escuchó un estruendo de cristales rotos. Lo primero que pensó fue que un coche se había estrellado contra su local, según ha explicado Heredia a The New York Times.
Lo que había hecho añicos el cristal de la ventana, sin embargo, era un ciervo. El pánico cunde en el salón de belleza mientras el asustado animal intenta encontrar la salida, hasta que consigue salir embistiendo la puerta, come recoge la grabación de la cámara de videovigilancia.
Fuente EL PAÍS