La guerra de las basuras tiene un nuevo actor que puede desencallar un problema que no ha conseguido solucionar la Comunidad de Madrid: Castilla-La Mancha. El vertedero de la Mancomunidad del Este, situado en Alcalá de Henares, lleva varios meses estirándose como un chicle. Pero el tiempo se agota y las montañas de residuos de los 31 municipios del este de la región son finitas.
Ante la negativa -por ahora- del Ayuntamiento de Madrid a aceptar de manera transitoria la basura del vertedero de Alcalá y la incapacidad del gobierno regional de asumir su parte de responsabilidad, el presidente de la Mancomunidad, Javier Rodríguez Palacios, ha dado un paso más y ha anunciado que se ha visto obligado a buscar una solución sobre la bocina.
“He tenido una conversación con la Comunidad de Castilla la Mancha este fin de semana y está dispuesta a que llevemos nuestra basura a Toledo durante tres meses como algo excepcional”, ha dicho el alcalde socialista y presidente de la mancomunidad.
La situación es surrealista, cuanto menos. La Comunidad se niega a tomar partido amparándose en que actúa de árbitro y que corresponde a las mancomunidades buscar las soluciones oportunas. Dentro del Ayuntamiento la guerra es otra.
El PP ya anunció que estaba dispuesto a acoger la basura pero Ciudadanos, su socio de Gobierno, se mantiene firme en su posición: “La basura no puede acabar viviendo a Madrid. La Mancomunidad y los municipios -que en su conjunto representan a más de 700.000 habitantes- tienen que buscar una alternativa que no sea siempre traerla a Madrid y que el Ayuntamiento le tenga que salvar la papeleta. Alcalá de Henares sabía que esto iba a pasar hace cuatro años y no ha hecho nada”.
De esta manera, el partido de Begoña Villacís mantiene la promesa que le hizo a los vecinos durante la campaña, ya que estos se niegan a recibir esa basura y han anunciado que irán a los tribunales si hace falta.
Fuente EL PAÍS