sábado, septiembre 21, 2024

El Espanyol destituye a Machín

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Pablo Machín llegó como una bombona de oxígeno tanto para la afición como para el vestuario porque el Espanyol no jugaba a nada ni sabía a lo que tenía que jugar, perdidos los jugadores ante la absoluta libertad que les daba el técnico David Gallego en la toma de decisiones.

Comprensiva con las quejas del vestuario y anclado el equipo en el descenso, el área deportiva decidió dar el relevo en el banquillo a inicios de octubre, con todo por decidir. Y, aunque al principio fue un flechazo, no pasó de un romance fugaz, desgastado con el paso de los días hasta la ruptura final, escenificada este lunes con el despido de Machín, que ha firmado los peores registros históricos de un entrenador en el banquillo blanquiazul, con cinco puntos de 30 posibles [Gallego logró cinco de 24].

Marca solo igualada por Jaume Sabaté en la temporada 1990-91. Por lo que alcanzadas las navidades, el Espanyol ya ha despedido a dos entrenadores y comenzará el año a cinco puntos de la salvación y con una nueva hoja de ruta que está por definir, por más que ya se barajen tres nombres: Francisco Rodríguez, Luis García y Juan Antonio Pizzi.

La debacle del equipo frente al Leganés este pasado fin de semana (2-0) desagradó de formar superlativa a la mesa ejecutiva del Espanyol, reunida y desesperada en Butarque. Así, tras la última derrota, los consejeros Carlos García Pont y Mao Ye Wu, además del director de fútbol profesional, Rufete, decidieron junto al presidente Chen Yansheng dar un último viraje al banquillo para tratar de reactivar a un equipo que no se ajusta a las pretensiones técnicas.

Entre otras cosas porque lamentaban la falta de consignas de Gallego del mismo modo que también se han discutido con el sistema de Machín, inflexible en su idea de utilizar a tres centrales y dos carrileros. Dibujo que no ha funcionado y relación que se ha viciado con el tiempo porque tras la derrota ante Osasuna, Machín salió a la palestra para acusar a sus futbolistas de “pipiolos”, además de señalarles una falta de “actitud y capacidad”.

Declaraciones que el vestuario digirió con dificultad –así se habló al día siguiente en la ciudad deportiva-, pero que remarcaron la falta de entendimiento.

“En todo momento he hecho lo que he considerado mejor para el equipo y el club. Aunque el fútbol a veces no es ´buen trabajo=resultados’, pero tenemos que seguir adelante. Tenéis que seguir adelante. Hay tiempo para conseguir el objetivo y los refuerzos ayudarán”, escribió Machín en su mensaje de despedida a través de las redes sociales.

Fuente EL PAÍS

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