Desde el inicio formal de las campañas el 1 de marzo, los candidatos presidenciales de México se han lanzado a recorrer el país en busca de votos, sin embargo, enfrentan una brecha significativa en las encuestas. Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, lidera las preferencias con más de 23 puntos porcentuales de ventaja sobre sus rivales.
Según la encuesta de Mitofsky, Sheinbaum cuenta con un 51,6% de la intención de voto, seguida por Xóchitl Gálvez con un 27,8% y Jorge Álvarez Máynez con un 5,1%. Datos similares arrojó la encuesta de Parametría, donde Sheinbaum obtuvo un 49% de la intención de voto, seguida por Gálvez con un 29%.
Aunque las encuestas muestran una clara ventaja para Sheinbaum, los analistas señalan que aún es temprano y que el resultado final podría cambiar durante la campaña. Lorena Becerra, analista política, destaca que una parte significativa del electorado aún no está familiarizada con los candidatos, por lo que sus propuestas y mensajes podrían influir en la intención de voto.
Por su parte, otros expertos coinciden en que la carrera presidencial está lejos de estar definida. Un golpe mediático o una campaña efectiva podrían cambiar el panorama electoral. Erick Fernández, profesor de la Universidad Iberoamericana, destaca que estos datos son solo un referente y que los candidatos tienen oportunidad de cambiar el rumbo de la contienda.
Este proceso electoral se lleva a cabo en medio de un clima de violencia en algunas zonas del país, lo que genera preocupación sobre la participación ciudadana el día de las elecciones. A pesar de esto, tanto las autoridades electorales como el gobierno federal confían en que los comicios se desarrollen de manera masiva y en paz.
Con más de 99 millones de mexicanos convocados a las urnas y más de 20 mil cargos en juego, estas elecciones son consideradas como las más grandes en la historia reciente de México.
