Los goles caen sin parar en las porterías de Montjuïc para desgracia del Barça. El Granada, que solo había marcado uno en campo contrario y es el penúltimo de la tabla, le metió anoche tres a Ter Stegen, dos menos de los que el Villarreal le endosó a Iñaki Peña. No es una cuestión de portero, tampoco de defensas o delanteros, ni siquiera de que juegue o no un mediocentro, sino que es un problema de equipo, como bien sabe la hinchada del Barcelona.
Los azulgrana concedieron un empate contra el Granada en una jornada pintada para que mejoraran su clasificación en la Liga. No hay manera de que estabilicen su fútbol, ni tampoco de que ganen al equipo nazarí, que suma cuatro empates y una victoria en sus últimos encuentros frente al Barcelona, un campeón desfigurado y sin más futbolista en la cancha que Lamine Yamal. Tanto da quien juegue y quien entrene el Granada para desdicha del Barcelona. El efecto de la dimisión anunciada por Xavi para final de temporada se acabó a la tercera jornada de Liga.
Fuente: EL PAÍS