Este viernes, con motivo del Día Mundial del Agua, organizaciones civiles se manifestaron en el Zócalo de la Ciudad de México para denunciar el despojo del agua que sufren los pueblos originarios y comunidades indígenas tanto en México como en el resto del mundo.
Bajo el lema “¡No es sequía, es saqueo!”, los manifestantes realizaron pintas y exhibieron pancartas frente al Palacio Nacional, residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador. En un pronunciamiento, expresaron que la conmemoración de este día no es solo una cuestión propagandística, sino una manera de visibilizar la guerra capitalista por el derecho al agua, esencial para la vida.
Critican que el acceso al agua esté limitado a unos pocos millonarios y denuncian la complicidad de la Comisión Nacional del Agua en beneficiar los intereses privados y transnacionales, mientras muchas personas carecen de acceso al líquido vital. Además, acusan al gobierno y al legislativo de intentar legitimar el despojo del agua mediante leyes que favorecen a empresas privadas en estados como Querétaro, Tlaxcala y Puebla.
Los manifestantes también señalan la acelerada transformación y destrucción de territorios debido a megaproyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, impulsados por el gobierno de López Obrador, que deciden sobre la vida de pueblos enteros en beneficio de grandes inversionistas.
Además, denuncian que la defensa del agua, el territorio y la vida es criminalizada y perseguida, y destacan la situación crítica del agua en México, donde solo el 52.3% de la población urbana cuenta con un suministro constante de agua potable, según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del Inegi.
En resumen, la protesta destaca la importancia de proteger el agua como un derecho humano fundamental y la necesidad de una gestión equitativa y sostenible de este recurso vital para todas las comunidades en México y en el mundo.
