El animal, usado también para enviar información a las bandas criminales, fue interceptado por los guardias de la prisión con una bolsa ya vacía
Es el último método utilizado en una cárcel de máxima seguridad de Brasil, bien para introducir droga o para hacer llegar mensajes del exterior a las bandas criminales.
Esta paloma mensajera fue interceptada por los guardias de la prisión con una bolsa, ya vacía, enganchada de sus alas. Su destinatario, el Primer Comando de la Capital, uno de los dos grupos rivales que pelean por el narcotráfico en el país.
Ingenio que los presos brasileños llevan al límite, hasta para fugarse.
Pretendía aparentar ser su hija para escapar este fin de semana de un penal de Río de Janeiro.
Con una peluca negra, una máscara de silicona, gafas de ver y ataviado con un look de chica llegó hasta la puerta principal, pero allí sus gestos y su forma de actuar, con cierto nerviosismo, le delataron.
Se trataba de Clauvino da Silva, condenado a 73 años de cárcel, uno de los líderes de la otra facción que controla el tráfico de drogas en Brasil.
Tras el incidente ha sido hallado ahorcado en su celda, según han informado medios locales.
Se cree que pudo ser una mujer embarazada, quién le ayudó en el intento de fuga, su hija y otras siete personas han sido detenidas, cómplices de su intento de fuga.
