Un centro de investigación del sur de Francia anunció en diciembre haber descubierto una nueva variante del coronavirus, con 12 personas de la región supuestamente infectadas por la cepa denominada provisionalmente B.1.640.2.
Detectada por primera vez en pacientes de la comuna de Forcalquier, en los Alpes de Alta Provenza, la variantefue descubierta por expertos del Instituto Hospitalo-Universitario de Enfermedades Infecciosas (IHU Méditerranée Infection) de Marsella, dirigido por el controvertido profesor Didier Raoult.
Hasta ahora, se dispone de pocos datos sobre la variante, sobre todo por el escaso número de casos identificados.
“Se ha detectado una nueva variante de COVID-19 en IHU Méditerranée Infection de pacientes de Forcalquier. Se denominó variante IHU y se depositó en GISAID con el nombre B.1.640.2”, informó el instituto el 9 de diciembre a través de un tuit.
La variante B.1.640 sería de origen camerunés y, al parecer, tiene 46 mutaciones nuevas, todavía más que la ómicron. Según los expertos, el paciente cero había vuelto de un viaje a Camerún, pero aún es demasiado pronto para confirmar el origen. También lo es para saber si es más contagiosa o peligrosa que la ómicron.
Ahora se tiene constancia de una docena de casos en la región de Marsella asociados todos con viajes a Camerún.
“Es demasiado pronto para decirlo, la Agencia Regional de Salud (ARS) está llevando a cabo una investigación en Forcalquier para saber más”, explicó en diciembre el virólogo Philippe Colson al canal televisivo regional France 3.
Esta variante es un sublinaje de la variante B.1.640, identificada en Francia desde finales de octubre, pero que se detectó por primera vez en la República del Congo a finales de septiembre de 2021. B.1.640 ha sido clasificada por la Organización Mundial de la Salud como una “variante bajo vigilancia” (Variants Under Monitoring, VUM) desde el 22 de noviembre. Según la agencia Santé Publique France, su circulación continúa en Francia, pero a niveles muy bajos.
Un elemento peculiar de la “variante” es que una de sus mutaciones se asocia con un posible aumento de la transmisión del virus, señala EFE.
La información pasó hasta ahora bastante desapercibida en Francia. Cabe destacar la cantidad de variantes que son descubiertas sin mayores consecuencias.
“Que aparezcan variantes aquí y allá es totalmente normal. Mientras una mutación no supere a ómicron o delta, no hay mucho que temer. También tenemos otras variantes en Bélgica. A veces son variantes extrañas que sólo se ven una vez. Esto es totalmente normal”, afirmó el virólogo Steven van Gucht en el diario belga La Libre Belgique.
Esta variante circula por el momento a niveles muy bajos y no parece competir con la delta, causa de la quinta ola epidémica en Francia, ni con la ómicron, altamente contagiosa, que se ha convertido en mayoritaria en el país galo.
El IHU Méditerranée Infection es dirigido por Didier Raoult, un mediático científico acusado de haber promovido la hidroxicloroquina como tratamiento contra la Covid-19 sin basarse en datos confirmados. Sus declaraciones polémicas sobre la pandemia y su gestión por el gobierno francés le valieron una gran notoriedad entre los teóricos de la conspiración, pero también una amonestación por parte de la Orden de Médicos de Nueva Aquitania.
El gobierno de Francia anunció el pasado lunes nuevas medidas para hacer frente al recrudecimiento de la situación de la pandemia, entre las que destaca la imposición del home office entre tres y cuatro días a la semana durante las próximas tres semanas.
Por estos días, la variante ómicron ha disparado los contagios en el país hasta el récord de los 232 mil 200 contagios registrados el 31 de diciembre.
Con información de: Aristegui noticias.