Cientos de migrantes volvieron a salir a las calles en Tapachula, Chiapas, para exigir a las autoridades que les permitan el libre tránsito para seguir al norte y con rumbo a Estados Unidos.
Los migrantes, incluidos sudamericanos, centroamericanos y haitianos, protestaron en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM), cuyos inmuebles fueron resguardados por miembros de la Guardia Nacional.
“Nosotros no nos queremos quedar en México, no queremos esperar, no nos pueden obligar a quedarnos aquí. Nuestros hijos tienen derechos a estudiar y ellos no nos lo pueden garantizar. Sólo queremos avanzar”, dijo una mujer hondureña durante la protesta y prefirió que no se le nombrase.
La venezolana Astrid Rodríguez dijo que estaba desesperada porque uno de sus dos niños está enfermo, que ya no tiene dinero para el pago del alquiler y lleva desde septiembre esperando respuesta a su trámite de regularización.
“Estoy desesperada, lo que quieren es meternos presos, nosotros no queremos quedarnos en este país, queremos avanzar, la meta de nosotros es irnos a otro país y eso lo sabe todo el mundo”, señaló la mujer.
El haitiano Shedler Gilles contó que obtuvo una visa de visitante pero las mismas autoridades del INM le dijeron que el documento sólo le permitía estar en Chiapas y que no podría viajar al norte.
“(Tengo) siete meses en Tapachula, sin trabajo, sin hacer nada y con esto yo no puedo subir”, aseguró mientras enseñaba la credencial expedida por las autoridades migratorias.
Dyron Toncel, de Venezuela, dijo que para las autoridades no valen los documentos que expiden porque incluso se los han roto en operativos que realizan en la ciudad para detenerlos. Aseguran, además, que debido a que los migrantes llevan demasiado tiempo varados en la frontera sur están siendo objetos de extorsiones por parte de la delincuencia.
Los migrantes advirtieron que de no tener respuesta inmediata a su exigencia de libre tránsito iniciarán una nueva caravana hacia el norte. El fin de semana, la primera caravana del año, que inició en San Pedro Sula, Honduras, fue disuelta rápidamente en la frontera con Guatemala.
El año pasado, diversos grupos partieron desde el sur de México, que se vio saturado de migrantes debido a un plan de contención del gobierno para evitar que transitaran hacia los Estados Unidos.
A finales de año, después de diversas protestas y caravanas, las autoridades cedieron a otorgar documentos e incluso facilitar autobuses para trasladarlos a otros estados del país para descongestionar la frontera sur que llegó a tener alrededor de 120 mil migrantes varados, según estimaciones de activistas.
Con información de: Latinus.