Uno de los grandes méritos del periplo del Warren Gatland con Gales ha sido crear un grupo hermético y evitar titulares extradeportivos.
Al seleccionador, que se despide tras el Mundial después de 12 exitosos años, le sorprendió la semana pasada una bomba en su mano derecha, el asistente de ataque Rob Howley, el seleccionador interino cuando Gatland dejó la silla vacante para entrenar a los British & Irish Lions.
La federación galesa le expulsó de la delegación que había desembarcado ya en Japón por un caso de apuestas. Un ambiente enrarecido que Georgia, decepcionante, no ha podido aprovechar en el debut mundialista.
Gales ha disfrutado este lunes de un triunfo terapéutico (43-14 a Georgia), pero la herida sigue abierta.
Fuente EL PAÍS