Cristiano Ronaldo no se cae. En febrero cumplirá 35 años y hace 20 días se anunciaron síntomas de flaqueza: el técnico Maurizio Sarri le había sustituido en un partido contra el Milan antes de cumplirse la hora de juego. El astro luso se marchó furioso a la caseta.
En las cuatro jornadas siguientes de la Serie A anotó cinco goles, la mitad de los que lleva en el campeonato. El último de ellos quedará en la memoria y sirvió para darle el triunfo (1-2) a la Juventus en el feudo de la Sampdoria tras un exuberante remate de cabeza. Según las mediciones de Sky Sports Italia, que emitía el partido en directo, Cristiano despegó los pies del suelo 71 centímetros e impactó con el balón a una altura de 2,56 metros.
El verano pasado dos youtubers escenificaron una performance en el centro de Londres basada en una hazaña similar del futbolista cuando jugaba en el Real Madrid, una icónica fotografía de un gol al Manchester United en el que una rodilla del luso está a la altura de la cabeza de Patrice Evra.
Entonces se apuntó que había rematado a 2,65 metros de altura. En Londres se puso ahí la pelota y decenas de personas intentaron siquiera rozarla. Solo lo consiguió un tipo que calzaba unos botines armados con propulsores.
La imaginación de los publicistas va en ocasiones por detrás de la realidad. Cristiano había repetido esa foto en la Eurocopa de 2016, con un gol a Gales que el técnico Chris Coleman calificó como imposible de defender. Que lo volviese a hacer este martes evidencia que el portentoso físico del portugués sigue intacto.
Fuente EL PAÍS
