Durante la campaña previa a la votación sobre el Brexit, el ministro conservador Boris Johnson se sumó entusiasta a un lema que más tarde se demostró falso.
El político conservador, a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, repitió incansable que la pertenencia a la UE le costaba al país 350 millones de libras esterlinas (unos US$435 millones) a la semana.
Una cifra que podía destinarse a mejorar el Sistema Nacional de Salud británico, argumentaban.
La afirmación era falsa y Johnson, que había liderado la campaña a favor del Brexit, fue tachado de imprudente y de mentiroso por muchos de sus adversarios políticos.
Pero una cosa es mentir en una campaña electoral, usando triquiñuelas para convencer al electorado, y otra muy distinta mentirle a la reina Isabel II y tratar de cerrar un Parlamento.
Fuente BBC NEWS