Ciudad de México, 25.06.2024 – La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) enfatizó la importancia de que el próximo gobierno aproveche su entrada como una oportunidad para que la sociedad mexicana se una en la erradicación del consumo y tráfico de drogas. La CEM subrayó la necesidad de desarrollar estrategias integrales para restablecer el tejido social y promover una cultura de legalidad.
A través de un comunicado emitido en el marco del Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebra el 26 de junio, la Iglesia católica hizo un llamado a las autoridades recién electas y a la sociedad civil para trabajar de manera coordinada en esta causa.
“Invitamos a todos los sectores de nuestra sociedad, especialmente a quienes han sido elegidos para guiar el destino de nuestra nación, a un diálogo constructivo y a una acción coordinada. La lucha contra el narcotráfico requiere un enfoque integral que fortalezca nuestras instituciones, fomente una cultura de legalidad y cree oportunidades de desarrollo para todos los mexicanos, especialmente para nuestros jóvenes”, resaltó el comunicado.
El clero mexicano reconoció el incremento del consumo de drogas, particularmente entre los jóvenes, y señaló que el narcotráfico es un desafío que va más allá de la seguridad pública, requiriendo una atención integral que abarque la aplicación de la justicia, la solidaridad, y el respeto a la vida y la dignidad humana.
“México se encuentra en un momento de reflexión y renovación. Tras el reciente proceso democrático, se nos presenta la valiosa oportunidad de fortalecer los cimientos de nuestra nación. Este es un tiempo para unir esfuerzos, trascendiendo diferencias, con el fin de robustecer nuestras instituciones y promover el bien común”, indicó el comunicado.
Las autoridades eclesiásticas manifestaron su preocupación por la degradación y violencia provocada por el narcotráfico y el consumo de drogas en distintas regiones del país. Además, subrayaron que el uso indebido de drogas no solo afecta la salud individual, sino que también impacta a las familias y comunidades, con repercusiones en el entorno social y ambiental.
“El uso indebido de drogas afecta no solo la salud individual, sino que también impacta a nuestras familias y comunidades, con repercusiones en nuestro entorno social y ambiental. En lugar de la libertad que promete, a menudo se convierte en un obstáculo para el crecimiento y la realización personal de nuestros jóvenes”, destacó el Episcopado.
Fuente: Latinus
