Susana Hernández es madre del pequeño Antonio, un niño de siete años que hoy, como otros niños de localidades de alta y muy alta marginación de Campeche, regresaron a la escuela porque el internet es una realidad muy lejana.
La familia Hernández vive en la localidad de San Juan Carpizo, municipio de Champotón, en dónde se ubican 4 de las 137 localidades en las que este lunes se reanudaron los servicios educativos que se suspendieron hace un año por la pandemia.
La falta de conectividad es una se las causas del rezago educativo porque en general, las familias carecen de recursos económicos para adquirir fichas para recibir la asesoría educativa y entregar sus tareas a través de la plataforma WhatsApp, no obstante que la señal es muy débil o definitivamente no la hay.
El presidente de la Junta de Gobierno del Poder Legislativo de Campeche, Ramón Méndez Lanz, en entrevista con MILENIO, dijo que está es una de las asignaturas pendientes que se tienen en la entidad y México, para atender uno de los derechos de la infancia y de los jóvenes.
Susana Hernández tiene dos hijos, es jefa de familia. Al bebé lo deja con una vecina para ir a la parcela a trabajar, y al pequeño Antonio lo dejaba solo en casa porque la escuela estaba cerrada.
“Aquí no tenemos internet, eso es lo que los atrasa porque el maestro no se puede comunicar con ellos. Yo sí firmé para que mi hijo vuelva a la escuela porque hay algunas cosas que yo no entiendo”, dijo.
El pequeño Antonio recibió asesoría educativa de las 10:00 a las 12:00 horas, por ser el primer día, lo llevó su mamá para luego irse a trabajar, la mamá de un compañero lo llevará de retorno a su casa a esperar que vuelva su mamá.
Su padre se fue de casa cuando él cumplió 4 años. Nadie sabe dónde se fue y los dejó ahí, pues lo contrataron para trabajar en el campo, así que no tienen más familiares.
Se quedaron a vivir porque es un pueblo muy pequeño y a pesar de las adversidades, hay personas que los apoyan.
Así que está mañana, Antonio salió de casa con su mamá, quien lo baño, desinfectó sus cosas y le puso el cubrebocas; en la escuela Leona Vicario, le tomaron la temperatura y le aplicaron gel que permanece un una mesita en la entrada de la escuela, porque aunque hay un lavamanos, este no sirve.
Junto con otros cuatro alumnos recibió asesoría porque se atrasó en sus estudios y aún no sabe bien leer ni escribir.
La mamá de Antonio dice que su hijo estaba muy emocionado; para ella, aunque solo serán dos horas que su hijo estará en la escuela, se las va a ingeniar para aprovechar el apoyo educativo y seguir trabajando para llevar el sustento a casa.
La Secretaría de Educación de Campeche (SEDUC) informó que no hubo contratiempos en este primer día de reanudación de los servicios educativos y que estarán haciendo monitoreos para prevenir cualquier incidencia.
Las 137 escuelas se encuentran en zonas muy lejanas, con poco o nulo transporte, sin conectividad y marginación. Sin embargo, en ninguna se han reportado casos de covid-19 y aunque en su mayoría los maestros son de otros sitios, ya fueron inoculados al igual que los adultos mayores. No así los residentes de las localidades, que es uno de los requisitos.
Cómo Susana hay muchas madres y padres de familia, al igual que alumnos y maestros viven está experiencia de un regreso a clases en la nueva “normalidad” y con un cumulo de emociones encontradas.
Milenio Digital