Parlamento Veracruz.
Juan Javier Gómez Cazarín.
En las últimas semanas se ha repetido una y otra vez la reflexión
cierta de que las contingencias sacan a relucir nuestra verdadera
naturaleza. Las pandemias desenmascaran a los seres egoístas, mezquinos,
ambiciosos y oportunistas, cualquiera que sea el papel que jueguen en
la sociedad.
La crisis del coronavirus no es un juego: la nación más rica del
planeta, Estados Unidos, se encamina a una semana decisiva, en la que
esperan entre 100 mil y 200 mil muertos. Para ponerlo en perspectiva,
esa cantidad es el equivalente a la población total –hombres, mujeres,
niñas, niños, adolescentes, personas de la tercera edad, absolutamente
todas y todos- del municipio de Poza Rica, la cuarta ciudad más poblada
de Veracruz.
Este es un buen momento para que las y los políticos demostremos si
nuestros discursos de los últimos años eran palabras huecas o estaban
dichos en serio.
Casi de forma espontánea, algunas y algunos diputados –creo que en las
próximas horas será unánime- hemos decidido donar –en principio- un mes
de nuestro salario. El gesto puede asumirse como un acto de coherencia.
Una especie de que “el buen juez por su casa empieza”.
Lamentablemente, en términos monetarios es insuficiente. Tenemos que ir
por más, recortando dinero de donde no es tan necesario para destinarlo a
donde el pueblo más lo requiere en estos momentos, que es el sistema de
salud. A final de cuentas, de eso se trata la austeridad: de no gastar
en lo superfluo para dirigir esos recursos a beneficiar a la gente más
necesitada.
Y creo que no hace falta buscarle mucho: el presupuesto de los partidos
políticos es, en términos prácticos y en términos políticos, lo que
menos le importa a la gente en estos momentos de pandemia. Desde siempre
hemos señalado que es un gasto innecesario en un país con tanta gente
en pobreza.
Morena a nivel nacional ya puso el ejemplo y renunció a la mitad de su
financiamiento. Es decir, reintegrará a la Tesorería de la Federación
785 millones de pesos. Si todos los partidos políticos en Veracruz
hicieran lo mismo con sus prerrogativas locales se juntarían más de 160
millones de pesos, que se quedarían en el estado y serían oxígeno puro
–literalmente- para enfrentar la pandemia.
Coherentes con el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador del
domingo de priorizar los apoyos a las personas más vulnerables, el
recorte a los partidos políticos en Veracruz no puede y no debe esperar
más. No son momentos para mostrarnos mezquinos y sí, en cambio, son
tiempos que nos convocan a la solidaridad.
Mucha gente de la sociedad civil ya ha dado muestras de adhesión a la
causa común. Los alcoholeros de Cardel fueron puestos de ejemplo
nacional por el Presidente por su decisión de fabricar gel antiséptico.
Nos toca a los políticos y a nuestros partidos mostrar nuestro verdadero
rostro y hacer valer el dicho popular: lo afectivo se demuestra en
efectivo.
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.*