Desde que el Congreso de EE.UU. aboliera la esclavitud hace 154 años, solo cinco generaciones de afroestadounidenses han nacido libres.
El 40% de los esclavos llevados a EE.UU. se quedaron en Charleston, Carolina del Sur. Ahora, las fastuosas casas donde fueron vendidos y forzados a trabajar hasta la muerte sirven de atracción turística.
Charleston refleja una realidad completamente estadounidense: no hay nada que no esté marcado por el legado de la esclavitud aunque hayan pasado cuatro siglos.
Lo que no termina de estar claro es en qué forma esta nación debe hablar sobre un asunto tan difícil.
Fuente BBC NEWS