Jueves 1º de agosto de 2019, Madrid. El investigador japonés experto en células madre Hiromitsu Nakauchi, que dirige equipos en las universidades de Tokio y la de Stanford, en California, fue autorizado por el gobierno de su país para crear embriones de animales con células humanas con la finalidad de hallar nuevas vías orientadas a trasplantes de órganos.
Según la investigación, que publica la revista Nature, se prevé implantar células humanas en embriones de ratón y rata para trasplantarlos posteriormente en animales sustitutos, con la intención de producir especímenes con órganos que posteriormente puedan ser implantados en personas.
Estos experimentos ya se habían probado en otros países, como Estados Unidos, pero nunca había podido llevarse a cabo. Japón también tenía prohibidos explícitamente estas investigaciones, pero el pasado marzo cambió su legislación para permitir la creación de embriones que combinen células humanas y animales que puedan ser implantados en animales y el embarazo llegue a término.
De este modo, Nakauchi es el primer científico en obtener esta autorización, pendiente de recibir la aprobación final en agosto.
El investigador explicó que no va a intentar llevar a término ningún embrión híbrido de momento, sino lo cultivará en ratas y ratones hasta los 15 días, cuando los órganos del animal están formados en su mayoría y es casi a término. Después pedirá autorización al gobierno para hacerlo con embriones híbridos en cerdos, hasta 70 días.
Preocupación de científicos
Expertos en bioética han expresado su preocupación por esas investigaciones ante la posibilidad de que las células humanas sean desviadas más allá del desarrollo del órgano objetivo, viajar al cerebro del animal en gestación y alterar su cognición, pero Nakauchi asegura que estas posibilidades se han tenido en cuenta en el diseño del experimento. Tratamos de generar órganos específicos, por lo que las células van sólo al páncreas, puntualizó.
Según señaló, la técnica que van a probar consiste en crear un embrión animal que carece de un gen necesario para la producción de un determinado órgano, como el páncreas, y luego inyectar células madre pluripotentes inducidas por humanos (iPS) en el embrión animal para que pueda fabricar el órgano, que no produce con sus propias células.
En 2017, Nakauchi y sus colegas realizaron una prueba preliminar inyectando células iPS de ratón en el embrión de una rata que no pudo producir un páncreas. La rata formó un páncreas hecho completamente de células de ratón. A continuación, trasplantaron ese páncreas a otro ratón diseñado para tener diabetes y el órgano producido pudo controlar los niveles de azúcar en la sangre, curando al ratón de la diabetes tipo 1. Posteriormente, lo probaron en embriones entre humano y oveja, pero no funcionó.
Según explicaron, se debió al uso de especies evolutivamente distintas como cerdos y ovejas, porque las células humanas son eliminadas de los embriones del huésped desde el principio.