Xalapa Ver., 01 de Agosto de 2019; Los datos de prueba presentados por el agente del Ministerio Público Federal (MPF), permitieron a la Fiscalía General de la República (FGR) obtener de un Juez de Control, auto de vinculación a proceso en contra de José S., líder de la CTM en Quintana Roo, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de trata de personas, en su modalidad de explotación sexual.
Además, durante la audiencia inicial se ratificó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, y se fijó un plazo de dos meses para la conclusión de la investigación complementaria.
Lo anterior, luego de que elementos de la Policía Federal Ministerial cumplimentaron en Cancún la orden de aprehensión en contra de José S., una vez que la representación social solicitó y obtuvo del Juez de Control Especializado en el Sistema Penal Acusatorio, adscrito al Centro de Justicia Federal en el Estado de Quintana Roo, el mandamiento de captura.
De acuerdo con la indagatoria, en marzo de 2019 una mujer extranjera de identidad reservada, denunció que vino a México porque le ofrecieron trabajar en un hotel, pero al llegar al país le dijeron que tenía que laborar en un centro nocturno, donde tenía que bailar desnuda y sostener relaciones sexuales con los clientes.
La afectada narró que el día que arribó a México la llevaron a una casa para empezar a trabajar, pero debido a que no llegó su maleta, a la mañana siguiente una empleada de limpieza la llevó al aeropuerto, por lo que aprovechó para solicitar auxilio en el módulo del Instituto Nacional de Migración, y fue remitida a las oficinas de la Delegación de la FGR en Cancún.
Tras las investigaciones, la Policía Federal Ministerial logró establecer que en el bar propiedad de José S. probablemente se cometían delitos contra la salud, en su modalidad de venta de narcóticos, motivo por el que se obtuvo de la autoridad judicial una orden de cateo.
De esta forma, se rescataron 51 mujeres de diferentes nacionalidades y se detuvo a cuatro personas; además de que se aseguraron diversos narcóticos y un arma de fuego.
Fuente: Excélsior
