El pleno del Parlament aprobó ayer el proyecto de ley de modificación de la ley del cambio climático, sobre el impuesto sobre emisiones de dióxido de carbono (CO2) de vehículos de tracción mecánica. El texto salió adelante con los votos a favor de Junts per Catalunya, ERC, PSC-Units y los comunes, y las abstenciones de la CUP, mientras que Ciudadanos y PP votaron en contra.
El cambio afectará en 2020 a turismos, furgonetas y vehículos concebidos para el transporte de mercancías; y en 2021 a las motocicletas. La iniciativa se debatió en el último pleno del año después de haber sido tramitada por el procedimiento de urgencia extraordinaria, y gravará las emisiones contaminantes de los vehículos, como ya preveía la ley catalana de cambio climático de 2017.
El impuesto gravará los vehículos de acuerdo a sus emisiones a la atmósfera y penalizará a los que contaminen más, y la base imponible se medirá en gramos de CO2 emitidos por kilómetro, según conste en la ficha técnica del vehículo.
El impuesto afectará a 4,1 millones de vehículos: 3,6 millones de turismos y furgonetas y 500.000 motocicletas. El Govern prevé recaudar 150 millones de euros anuales, que se destinarán al Fondo Climático (que actuará ante la emergencia climática) y al Fondo del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (de gestión del medio natural).
Este nuevo gravamen se pone en marcha de acuerdo con las competencias de la Generalitat en materia de medioambiente y creación de impuestos propios, después de que el Tribunal Constitucional (TC) validara el tributo tras un recurso del Gobierno central.
Fuente EL PAÍS
