Han pasado 30 años de que el mundo despidió al hombre que se convirtió en la insignia del rock: Freddie Mercury, una leyenda de la música que tocó lo más alto de la fama, pero también enfrentó ese lado oscuro del que pocos hablan. Fue amado, un fiel amigo y un apasionado del arte. Su luz se extinguió cuando tenía 45 años, horas después de dar a conocer que era portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Fue un día como hoy, pero de 1991, que el aclamado Freddie Mercury -cuyo nombre real era Farrokh Bulsara- anunció públicamente que padecía Sida. De esta forma, la estrella de rock visibilizó la larga lucha que enfrentaba desde hace varios años y confirmó los rumores sobre su salud que venían acaparando la prensa tiempo atrás.
Sólo tres de las personas más allegadas al cantante sabían de su enfermedad: el peluquero y escritor irlandés Jim Hutton, con quien comenzó una relación en 1984; Mary Austin, el “amor de su vida”, ex novia de su juventud y eterna amiga y Jim Beach, mánager de Queen.
Cuando los síntomas y el deterioro de su salud se hizo evidente, Freddie Mercury decidió reunirse con el resto de los integrantes de la banda para informarles de lo que sucedía. A petición del cantante, Brian May, Roger Taylor y Deacon mantuvieron en secreto su enfermedad.
El líder de Queen informó oficialmente que era portador de la enfermedad unas horas antes de su muerte, si bien los rumores sobre esto comenzaron cuatro años antes cuando fue examinado para detectar el virus.
Freddie Mercury y su lucha contra el Sida
Según Jim Hutton, al artista lo diagnosticaron desde 1987, pero el vocalista de Queen negó durante muchos años el padecimiento a pesar de los rumores que circulaban en la prensa británica y los cuestionamientos a cerca de la suspensión de concierto y giras de la banda.
Brian May revela en el prólogo de su libro que Freddie Mercury perdió la mayor parte de un pie durante su lucha contra el VIH poco antes de morir. En ese texto, acompañado por imágenes en tres dimensiones, el músico asegura que Mercury habría evitado las devastadoras consecuencias de la enfermedad si hubiera comenzado a recibir tratamiento “tan solo unos meses antes”.
Freddy Mercury murió el 24 de noviembre de 1991 en su casa a causa de una fuerte bronconeumonía a la que no resistió como consecuencia del síndrome. Tras su muerte se creó una asociación con su nombre para recaudar fondos en la lucha contra el Sida.
Con información de Efe.
